Hace algo menos de un millón de años, sobre la superficie del planeta Marte impactó un gran asteroide que provocó que una gran cantidad de tierra y rocas de la corteza marciana fueran despedidas hacia las capas altas de la ténue atmósfera del planeta.
El impacto, de características brutales, arrancó del suelo toneladas de tierra y rocas que fueron elevadas violentamente a las capas más altas de la atmósfera, sumiendo al planeta durante meses en una densa capa de polvo que apenas dejaba ver la luz del sol...
Rocas que fueron despedidas a más de 5 kilómetros por segundo, y que escaparon de la fuerza de gravedad del planeta para vagar a la deriva por el sistema solar, durante miles de años...
Rocas que a partir de entonces fueron sometidas a la más agresiva radiación cósmica y a la acción del viento solar, vagando entre los planetas, cruzándose en las órbitas de ellos...
TATA, Marruecos. 18 de julio de 2011.
Tras un abrasador día en las arenas del Sahara, los lugareños comenzaban a respirar con el frescor de la noche.
Son las dos de la madrugada, de repente, un sórdido trueno y una llamarada blanca rojiza ilumina la noche en el valle, causando pánico y admiración.
Algo se precipitaba contra la Tierra, y por lo que se veía, debía tener un tamaño considerable.
La noticia corrió como río de pólvora, y fue tal el interés causado que ya desde las primeras horas se organizaron buscadores y grupos para tratar de localizar el objeto siniestrado.
Pero tal objeto, no era el objeto que esperaban encontrar, tal vez un avión estrellado... Sobre el Terreno, una gran cantidad de rocas negras con una costra de fusión muy fresca, negra fundida recubriendo su exterior daba a entender a todos que el objeto caído era en realidad un meteorito...
Recién recuperado y calculada su masa, se determina en primera instancia que el meteorito pesaba unos siete kilos.
Comienzan las investigaciones, y los investigadores, alertados por la noticia, se desplazan al lugar de la caída. Recuperan muestras frescas en el punto de coordenadas 29º28'55'N, 7º36'40''O.
Las rocas son frescas, y muestran una textura y composición muy particular y para nada parecidas a las de la mayoría de meteoritos que están acostumbrados a ver.
Se hace del todo necesario analizar esa extraña roca, pues está levantando unas sospechas que de seguro dará grandes sorpresas.
Su constitución de cristales de olivino y su elevado contenido en maskelinita hacen presagiar con notable acierto que se trata de una roca procedente de un planeta o cuerpo mayor del cual salió debido a un violento impacto. La plagioclasa contenida en la roca, por acción de una elevadísima presión durante un periodo muy corto de tiempo, ha sido transformada en maskelinita. Este evento es compatible con el impacto de un gran asteroide.
El análisis geoquímico de los macrocristales de olivino, del ortopiroxeno, pigeonita, augita y plagioclasas, el análisis de los isótopos de oxígeno, y otras pruebas, indicaron que esta roca tenía afinidad composicional con el grupo de las shergottitas procedentes del planeta Marte.
El meteorito se clasificó oficialmente con el nombre TISSINT. Para entonces las masas recuperadas ya sumaban hasta doce kilos. La nueva shergottita basáltica de inmediato fue codiciada tanto por coleccionistas privados como por instituciones y laboratorios de todo el mundo. Las investigaciones se sucedieron, hasta que llegado el mes de diciembre de 2014, TISSINT saltó de nuevo a los medios de comunicación. Comenzaba a convertirse en el meteorito marciano más importante. Más incluso que la tan famosa ortopiroxenita ALH 84001, que saltó a la fama por contener presuntos fósiles marcianos.
Un equipo de científicos europeos y japoneses han documentado en la roca TISSINT, una serie de depósitos de carbono producidos por filtración de agua rica en este compuesto orgánico en las fisuras de la roca. TISSINT comenzaba a convertirse en un meteorito muy particular.
Todo parece apuntar a que este contenido en carbono (en sus respectivas formas isotópicas C13 y C12) tiene un muy probable origen biológico.
Este descubrimiento ha reabierto el debate sobre la posible existencia de alguna forma de vida microbiana en el planeta Marte en el pasado. Debate que hace unos años abriera el descubrimiento de presuntos fósiles de cianobacterias en otro meteorito marciano.
ALH 84001. ¿Fósiles?
En 1984, el programa de búsqueda de meteoritos en la Antártida, recuperaba una roca extraña. Era un meteorito que durante 9 años fue clasificado y guardado como una acondrita anómala.
Al cabo de los años pudo finalmente ser clasificada adecuadamente, y en la actualidad se trata de una de las dos únicas ortopiroxenitas procedentes del planeta Marte.
Son las rocas más antiguas del Planeta. Su edad supera los 4.000 millones de años.
Lo que realmente hizo famoso a este meteorito fue el hallazgo en el mismo de una serie de estructuras pétreas alargadas en las que algunos expertos creyeron ver fósiles similares a las cianobacterias terrestres, aunque mucho más pequeñas.
La propia Meteoritical Society, organismo internacional de máxima responsabilidad en la clasificación de Meteoritos, acoge en su base de datos estas imágenes con el título "Posible objeto fósil".
Lo que sí parece cierto es que las formaciones de ALH84001 parecer poder ser explicadas por causas mineralógicas, más que por causas biológicas, mientras que el contenido orgánico de TISSINT solo puede ser, por el momento, explicado, por la concentración del mismo en agua, y procedente de organismos vivos.
Esta es la razón por la que TISSINT se está convirtiendo en el Meteorito marciano más famoso, más importante a nivel científico, e incluso más valioso a nivel económico.
Hola José García, maravillosos descubrimientos e investigaciones en los meteoritos y muy interesante página, tengo mucho que leer y aprender, saludos: Miriam Marín
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