Que el universo es maravilloso y que nos queda mucho que conocer de él, no es ningún secreto para nadie. Y a pesar de ello, el mismo universo entraña secretos que muy pocos pueden desvelar, aunque los tengan delante de sus propios ojos.
En este breve artículo me gustaría mostrar algunos de esos secretos maravillosos que son los pilares mismos del univero que nos engloba y del que formamos parte, y para ello, he centrado mi estudio en los mismos bloques de construcción.
Hoy, como todos los días, he cogido en mis manos unas piedras, las he pasado al microscopio, he hecho decenas de fotografías y microfotografías, y me he vuelto a sorprender con lo que mis ojos han ido viendo en ellas.
Pero aún puedo recordar con asombro las maravillosas imágenes que me regaló la condrita ordinaria NWA 2547 cuando la estudié bajo aumento.
He querido rescatar esas fotografías del archivo, y las traigo a colación debido sobre todo a que se trata de una condrita muy primitiva.
Cuando el Sistema Solar comenzó su andadura, y se fueron formando los primitivos asteroides, el material del que se formaron estaba compuesto de los materiales mismos de la nebulosa presolar que ocupaba la región. Estos materiales se fueron condensando y formando cuerpos menores, en primera instancia.
Unos millones de años después de haber comenzado la acreción, en el Sistema Solar ocurrió algo, no sabemos bien qué fue, desconocemos la causa, pero aquel suceso dejó la impronta en la inmensa mayoría de los materiales del sistema entero.
Las condritas, sus materiales, sufrieron modificaciones drásticas debido a un proceso de metamorfismo térmico que terminó por alterar de una forma extraordinaria en ocasiones, algunos de los cóndrulos primitivos.
Pero no todos corrieron la misma suerte. De hecho han llegado a nuestras manos condritas cuyos materiales se han mantenido casi inalterados, tal como primitivamente fueron acrecionados. Y este fenómeno es aún más sorprendente cuando tenemos ante nosotros una brecha del impacto de dos cuerpos asteroidales; uno con metamosfismo en sus materiales, y otro sin alterar, lo que resalta aún más la belleza de estas rocas.
En noviembre del año 2003 fue comprado en München un meteorito de apenas 287 gramos de peso, que resultó ser una condrita ordinaria muy especial.
Había sido encontrada en Sahara, pero se desconocía el lugar exacto y sus coordenadas. A pesar de ello, fue estudiada y analizada en profundidad, debido a las particularidades tan excepcionales que presentaba.
La roca fue cortada y pulida, en el corte se podían apreciar perfectamente dos litologías perfectamente definidas. Se trataba de una brecha de impacto, una roca que condensaba material procedente de dos asteroides diferentes, uno de ellos con profundas señales de metamorfismo, y el otro en estado casi puro.
En 2006 fue clasificada finalmente como Condrita Ordinaria de tipo L3-L5, una de las 13 condritas de este tipo encontradas.
Presentaba un shock por impacto de grado 2, y una alteración por meteorización atmosférica de grado 3. Después de todo, la roca no había sido muy maltratada, y ello redundó en sus componentes internos.
En la brecha, como se puede ver en la foto superior, se aprecia perfectamente las dos litologías. En la parte superior, de tipo L3, los cóndrulos y clastos están perfectamente definidos, diferenciados totalmente unos de otros, incluso de la matriz que los integra. En la parte inferior, de tipo L5, el material ha sufrido una semifusión parcial, pero aún conserva la naturaleza de material primitivo condrítico.
En esta imagen se puede comprobar el grado de mezcla que presenta la litología L5. Los materiales tienden al equilibrio químico por un proceso térmico acusado. Pero aún pueden distinguirse sus componentes.
Los límites de las dos litologías están perfectamente definidos, lo que nos indica que no se han compactado por fusión, sino por presión, indicando aún con más acierto su naturaleza de brecha de impacto.
Esta imagen puede recordarnos perfectamente a las impactitas que se forman en la Tierra en el punto de impacto de un asteroide; el material se compacta sin llegar a fundirse y se solidifica en una sola roca.
Por su parte, la litología L3 nos muestra los clastos y cóndrulos perfectamente diferenciados, incluso las fases metálicas están definidas en el caso de los metales libres (hierro y niquel).
Cóndrulos barrados, radiales, etc... un mosaico de preciosos cristales primitivos que conservan las características exactas de cuando fueron condensados de la nebulosa presolar.
La costra de fusión que presenta es tenue, muy frágil, y bien conservada. Fruto sin duda de la extraordinaria pureza de los silicatos de la composición del meteorito.
Arriba, a la izquierda, cóndrulo radial de piroxeno. Precioso en sí mismo. Más a la derecha, otro cóndrulo de tipo feldespático.
Los cóndrulos de la litología L5 pueden percibirse, pero los límites no están definidos, se han fundido con la matriz. La fase metálica sobrevive debido a que requiere más calor para su fusión.
Preciosa imagen del límite de ambas litologías. Los clastos de la parte inferior, perfectamente definidos.
Esta imagen no tiene precio. Es preciosa. Podemos ver un cóndrulo de olivino barrado rodeado por un anillo metálico. Es precioso el hecho de que el metal no se haya asociado al mineral, y que se mantenga en estado nativo rodeandolo. De todas formas, recordamos que el olivino es un silicato de hierro y magnesio.
Las condritas primitivas son joyas científicas, debido sobre todo a la particularidad que tienen de haber conservado casi intactos los materiales de su composición desde el momento mismo en que se condensaron de la nube presolar.
Es por ello que sus compuestos nos desvelan no solo la historia de la formación del sistema solar, sino su evolución a través de los más de 4600 millones de años que tiene su existencia.
Miramos las condritas con fascinacion. Nos sorprendemos con ellas, y con razón podemos decir estar enamorados de estas rocas y de su belleza, de su rareza y su misterior... Después de todo, son las únicas testigos de la creación del sistema solar, de nuestro planeta y hasta de nosotros mismos.
Más info y ficha técnica oficial; http://www.lpi.usra.edu/meteor/metbull.php?code=31110
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