En el año 1920, un granjero que labraba sus tierras descubrió este meteorito por casualidad, cuando su arado dió contra algo que sonó metálico. Tras su desentierro y puesta en conocimento de las autoridades, éstas decidieron que, debido a la masa del cuerpo (ya se empezó a hablar de supuesto meteorito), y que superaba las 60 toneladas, iban a dejarlo en el lugar.
En su composición química interviene un 82 % de hierro y un 18 % de níquel, entre otros componentes en menor cantidad (partes por millón). Tocó tierra a velocidad residual, lo que sumado a las características del suelo (carbonatos cálcicos, suelo blando) permitió que se enterrara sin provocar cráteres de impacto considerables.
Está catalogado como el mayor meteorito de todo el mundo, que a su vez ostenta el título de ser el pedazo de hierro natural más grande sobre la faz de la Tierra.
En su composición química interviene un 82 % de hierro y un 18 % de níquel, entre otros componentes en menor cantidad (partes por millón). Tocó tierra a velocidad residual, lo que sumado a las características del suelo (carbonatos cálcicos, suelo blando) permitió que se enterrara sin provocar cráteres de impacto considerables.
Está catalogado como el mayor meteorito de todo el mundo, que a su vez ostenta el título de ser el pedazo de hierro natural más grande sobre la faz de la Tierra.