Cuando estudiamos el fenómeno de los meteoritos, debemos ser conscientes de que nos enfrentamos a distintas clasificaciones de las rocas recuperadas. Una primera clasificación básica dependerá de si la roca ha sido vista caer (caídas) o fue encontrada sin testigos visuales (hallazgos).
Partiendo de la base de su composición mineralógica cuantitativa, encontraremos tres tipos de meteoritos; sideritos (contienen más de 90% de metal), litosideritos (contienen del 20 al 80% de metal), lititos (contienen menos del 10% de metales).
Hasta aquí, bien. Se trata de una clasificación básica primordial para ir encajando cada roca en su lugar. Pero a partir de aquí, entrarán en juego análisis y clasificaciones cristalográficas y químicas que son del todo necesarias para determinar la naturaleza extraterrestre de las rocas analizadas.
Quiero centrar este estudio en las Condritas, precisamente por la importancia que tienen para la ciencia astrofísica. Cuando hablamos de las Condritas, tenemos que tener en consideración los distintos tipos de ellas que existen, según su composición química. Cristalográficamente vienen a ser similares; una matriz brechada conformada con cóndrulos de distintos materiales y una parte metálica que puede estar oxidada o no.
Mi estudio lo he centrado en esos cóndrulos que hacen que estas rocas sean tan especiales a los astrónomos, geólogos, físicos y químicos. Están compuestos de distintos minerales, y se trata de material que en su acreción no fue alterado y conserva todas las características físico-químicas de la materia primigenia que dió origen a los cuerpos del sistema solar.
Por esta razón podemos decir con acierto que se trata de los materiales más antiguos y fascinantes que podemos tener en nuestras manos, y que podemos contemplar.
Vamos a hacer un repaso de los distintos tipos de condritas clasificadas, para poder después entrar en materia.
Las CONDRITAS DE ENSTATITA, o condritas de tipo E deben su denominación a la cantidad de mineral enstatita que contienen. Solo se han hallado 24 ejemplares, y exceptúan las halladas en la Antártida y por la National Weather Association (NWA). Como característica básica decir que el contenido en hierro no se encuentra en forma de óxidos, sino de sulfuros o como metal puro. Debido a esta característica suponemos que se formaron en una zona carente de oxígeno, y que probablemente sea en el interior de la órbita de Mercurio.
Las CONDRITAS ORDINARIAS, o condritas de tipo O suponen el grupo de condritas más habituales, ocupando el 93,5% de los hallazgos recuperados. Se subdividen en una clasificación según las letras H, L y LL según vá decreciendo su contenido en Hierro, ya sea oxidado o metálico. Las condritas tipo H, también llamadas Bronzitas poseen entre un 12 y un 21 % de hierro metal, y en su composición intervienen olivinos, piroxenos, plagioclasas, metales y sulfuros. Las condritas de tipo L, también llamadas hiperestena, contienen entre el 5 y el 10% de hierro metálico, y en su composición mineral, son similares a las de tipo H. Por su parte, las condritas tipo LL, también llamadas Anfoterita solo poseen un 2% de hierro metálico, y entre sus minerales están la bronzita, oligoclasas y olivinos.
Las CONDRITAS CARBONÁCEAS, o condritas de tipo C representan el 5% de las condritas caídas. Su principal característica es la presencia de compuestos de carbono, incluídos los aminoácidos. Tienen la proporción más alta de elementos volátiles, por lo que se considera que han sido las que se formaron más lejos del Sol. Una de sus características principales es la presencia en su composición de agua, o de minerales alterados por ella.
Las CONDRITAS KAKANGARI o condritas tipo K, se caracterizan por poseer cóndrulos carbonáceos, por su contenido en metales (del 6 al 10% de su volumen), por su estado de oxidación intermedio entre las condritas H y E, por poseer una matriz rica en enstatita y por su abundancia de elementos refractarios propio de las condrias O. Podríamos decir que muchas de sus características se dan también en las condritas C, E y O.
Las CONDRITAS RUMURUTIITES, o condritas tipo R, tienen usualmente un tipo petrológico 3 (no alteradas) a menos que presenten estructura brechoide donde cada componente puede presentar estados de alteración distintos entre 3 y 6 (alterados por metamorfismo térmico). Suelen estar muy oxidadas, dándoles una apariencia rojiza y presentan olivino rico en hierro. Casi todo el metal que contienen está oxidado o forma parte de sulfuros. Contienen menos cóndrulos que las condritas E y parecen proceder del regolito de los asteroides.
A partir de estas características básicas, podemos concluir que las Condritas se formaron en las zonas de manto o superficie de los asteroides o cuerpos padre de los que proceden, y que su acreción se dió en un ambiente de microgravedad o no gravedad, lo que proporcionó la forma esferoidal de los cóndrulos. Aún no está clara la causa de la formación de los mismos, dado que todas las teorías propuestas para explicarlo han fracasado o no se sostienen científicamente.
En todo caso podemos decir que la mayoría de las condritas ordinarias parecen proceder del Asteroide Vesta. Como hemos comentado en otros artículos, Vesta fue bombardeado hace unos 2.000 millones de años por un meteoroide que ocasionó que el 1% de su masa saliera despedida y orbitara por el sistema solar, siendo atraída por la gravedad del resto de cuerpos.
Sobra decir que la Tierra ha ejercido también esa atracción, por lo que la mayoría de condritas ordinarias catalogadas se sabe proceden de dicho Asteroide, 4 Vesta.
Por todo lo cual podemos admitir que el grupo de meteoritos clasificados como condritas son el grupo de rocas más antiguos y admirables que podemos contemplar. Su estudio nos ofrece datos tan importantes como la edad de los planetas, la forma en que se acercionaron los cuerpos celestes, cómo interactúan, de qué forma modifican sus componentes en el universo, etc...
Partiendo de la base de su composición mineralógica cuantitativa, encontraremos tres tipos de meteoritos; sideritos (contienen más de 90% de metal), litosideritos (contienen del 20 al 80% de metal), lititos (contienen menos del 10% de metales).
Hasta aquí, bien. Se trata de una clasificación básica primordial para ir encajando cada roca en su lugar. Pero a partir de aquí, entrarán en juego análisis y clasificaciones cristalográficas y químicas que son del todo necesarias para determinar la naturaleza extraterrestre de las rocas analizadas.
Quiero centrar este estudio en las Condritas, precisamente por la importancia que tienen para la ciencia astrofísica. Cuando hablamos de las Condritas, tenemos que tener en consideración los distintos tipos de ellas que existen, según su composición química. Cristalográficamente vienen a ser similares; una matriz brechada conformada con cóndrulos de distintos materiales y una parte metálica que puede estar oxidada o no.
Mi estudio lo he centrado en esos cóndrulos que hacen que estas rocas sean tan especiales a los astrónomos, geólogos, físicos y químicos. Están compuestos de distintos minerales, y se trata de material que en su acreción no fue alterado y conserva todas las características físico-químicas de la materia primigenia que dió origen a los cuerpos del sistema solar.
Por esta razón podemos decir con acierto que se trata de los materiales más antiguos y fascinantes que podemos tener en nuestras manos, y que podemos contemplar.
Vamos a hacer un repaso de los distintos tipos de condritas clasificadas, para poder después entrar en materia.
Las CONDRITAS DE ENSTATITA, o condritas de tipo E deben su denominación a la cantidad de mineral enstatita que contienen. Solo se han hallado 24 ejemplares, y exceptúan las halladas en la Antártida y por la National Weather Association (NWA). Como característica básica decir que el contenido en hierro no se encuentra en forma de óxidos, sino de sulfuros o como metal puro. Debido a esta característica suponemos que se formaron en una zona carente de oxígeno, y que probablemente sea en el interior de la órbita de Mercurio.
Las CONDRITAS ORDINARIAS, o condritas de tipo O suponen el grupo de condritas más habituales, ocupando el 93,5% de los hallazgos recuperados. Se subdividen en una clasificación según las letras H, L y LL según vá decreciendo su contenido en Hierro, ya sea oxidado o metálico. Las condritas tipo H, también llamadas Bronzitas poseen entre un 12 y un 21 % de hierro metal, y en su composición intervienen olivinos, piroxenos, plagioclasas, metales y sulfuros. Las condritas de tipo L, también llamadas hiperestena, contienen entre el 5 y el 10% de hierro metálico, y en su composición mineral, son similares a las de tipo H. Por su parte, las condritas tipo LL, también llamadas Anfoterita solo poseen un 2% de hierro metálico, y entre sus minerales están la bronzita, oligoclasas y olivinos.
Las CONDRITAS CARBONÁCEAS, o condritas de tipo C representan el 5% de las condritas caídas. Su principal característica es la presencia de compuestos de carbono, incluídos los aminoácidos. Tienen la proporción más alta de elementos volátiles, por lo que se considera que han sido las que se formaron más lejos del Sol. Una de sus características principales es la presencia en su composición de agua, o de minerales alterados por ella.
Las CONDRITAS KAKANGARI o condritas tipo K, se caracterizan por poseer cóndrulos carbonáceos, por su contenido en metales (del 6 al 10% de su volumen), por su estado de oxidación intermedio entre las condritas H y E, por poseer una matriz rica en enstatita y por su abundancia de elementos refractarios propio de las condrias O. Podríamos decir que muchas de sus características se dan también en las condritas C, E y O.
Las CONDRITAS RUMURUTIITES, o condritas tipo R, tienen usualmente un tipo petrológico 3 (no alteradas) a menos que presenten estructura brechoide donde cada componente puede presentar estados de alteración distintos entre 3 y 6 (alterados por metamorfismo térmico). Suelen estar muy oxidadas, dándoles una apariencia rojiza y presentan olivino rico en hierro. Casi todo el metal que contienen está oxidado o forma parte de sulfuros. Contienen menos cóndrulos que las condritas E y parecen proceder del regolito de los asteroides.
A partir de estas características básicas, podemos concluir que las Condritas se formaron en las zonas de manto o superficie de los asteroides o cuerpos padre de los que proceden, y que su acreción se dió en un ambiente de microgravedad o no gravedad, lo que proporcionó la forma esferoidal de los cóndrulos. Aún no está clara la causa de la formación de los mismos, dado que todas las teorías propuestas para explicarlo han fracasado o no se sostienen científicamente.
En todo caso podemos decir que la mayoría de las condritas ordinarias parecen proceder del Asteroide Vesta. Como hemos comentado en otros artículos, Vesta fue bombardeado hace unos 2.000 millones de años por un meteoroide que ocasionó que el 1% de su masa saliera despedida y orbitara por el sistema solar, siendo atraída por la gravedad del resto de cuerpos.
Sobra decir que la Tierra ha ejercido también esa atracción, por lo que la mayoría de condritas ordinarias catalogadas se sabe proceden de dicho Asteroide, 4 Vesta.
Por todo lo cual podemos admitir que el grupo de meteoritos clasificados como condritas son el grupo de rocas más antiguos y admirables que podemos contemplar. Su estudio nos ofrece datos tan importantes como la edad de los planetas, la forma en que se acercionaron los cuerpos celestes, cómo interactúan, de qué forma modifican sus componentes en el universo, etc...
José García.
Expedición Canarias.